viernes, 9 de diciembre de 2016

Normativa de la Evaluación Escolar en Primero y Segundo Ciclo de Educación Básica en El Salvador


 
Lic.Francis Osvaldo Mejía Loarca
Docente de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente y del 
Centro Escolar Católico San Jacinto.

La evaluación escolar en los niveles iniciales de la educación básica está regulado en la normativa legal vigente: Constitución Política de la República, la Ley General de Educación, los tratados internacionales firmados por El Salvador, la Ley de la Carrera Docente y toda la normativa establecida por el ministerio de educación (Ministerio de Educación, p. 7). Desde esta perspectiva el acatamiento de dichas disposiciones es obligatoria para todo docente que  ejerce su actividad pedagógica en primero y segundo ciclo. Todo docente debe conocer y aplicar dicha normativa al proceso de enseñanza-aprendizaje y hacer las modificaciones que se consideren pertinentes sin detrimento del marco legal correspondiente.
La normativa sobre evaluación que regula actualmente la educación básica y media en El Salvador se fundamenta en los acuerdos tomados en el Foro Mundial de Educación celebrado en Dakar Senegal del 26 al 28 de junio de 2000 (Ministerio de Educación, p. 10). En este foro se abordaron la problemática que enfrenta la educación básica e inicial en muchos países del mundo y se establecen disposiciones tendientes a mejorar la cobertura y la calidad de la educación. Algunos de los compromisos adoptados por los países a partir de este foro son: Expandir y mejorar la educación básica y de la primera infancia, asignar más recursos para la educación básica, fortalecer la educación para todos, etc. En este sentido: “El suministro de EPT a los niños y adultos excluidos requiere un enfoque holístico encaminado a cambiar no solo las prácticas actuales sino también los valores, las creencias y las actitudes” (Fiske, p. 19-20). Además debe mejorarse la formación docente: 

Se debe capacitar a los docentes en pedagogías que tengan en cuenta las diversas necesidades de aprendizaje mediante múltiples estrategias pedagógicas, programas de estudio flexibles y evaluación continuas. Se han de establecer relaciones de cooperación entre los docentes y administradores, las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones de padres, los sindicatos, las empresas y las organizaciones comunitarias” (Fiske, p.20).
Siguiendo el compromiso con los convenios internacionales el MINED establece su concepción de la evaluación en los siguientes términos:
 La evaluación es continua y sistemática en la búsqueda de información a lo largo de todas las acciones del proceso de enseñanza y de aprendizaje, que permite identificar el nivel de desarrollo y de competencia alcanzado en todas las áreas de la formación integral del estudiante (Ministerio de Educación, p. 10).
Según esta caracterización la evaluación tiene dos componentes importantes: es continua y sistemática es decir debe asumir un carácter permanente y organizada en todo el proceso de enseñanza aprendizaje y en un segundo momento debe permitir identificar el desarrollo de las competencias. Esta información servirá al docente para retomar las decisiones pertinentes.

La operativización de la evaluación debe realizarse a partir de tres principios básicos (Ministerio de Educación, p. 11)  que debe cumplir:
a)    Holística e Integradora: Se entiende en este principio que la evaluación debe valorar las potencialidades de los niños y niñas para saber cómo éstos conocen, como hacen y como son realmente. A partir de este principio la evaluación debe tomar en cuenta las peculiaridades de cada estudiante para que sea efectiva.
b)    Continua: La evaluación es permanente y debe realizarse durante el proceso de enseñanza aprendizaje, al final de éste o cuando el docente lo estime conveniente.
c)    Motivadora: La evaluación se convierte en un incentivo para el estudiante: para ello debe hacer incapié en destacar los aspectos positivos que este ha alcanzado, la utilización del error como un mecanismo de aprendizaje y  en un incentivo para que el docente busque nuevas estrategias para motivar al estudiante.
La evaluación para primero y segundo ciclo debe tener tres características esenciales: objetiva, sistemática y participativa. La primera característica hace referencia al carácter integral que debe tener la evaluación, a reconocer las diferencias individuales y debe valorar las limitaciones y potencialidades de los estudiantes (Ministerio de Educación, p. 11). La segunda característica concibe la evaluación como un proceso ordenado y permanente y considera los resultados “como evidencia de la progresión del aprendizaje del estudiante y no como el fin del proceso” (Ministerio de Educación, p. 12). Así también la evaluación se entiende como una acción participativa donde se involucran todos los entes activos del proceso: docentes, alumnos, padres de familia, director y comunidad. La evaluación con estas características como la concibe el MINED se diversifica y complejiza tanto en la forma de realizarse como la participación que se tiene de los diversos entes del proceso. La evaluación ya no solo es un medio para promover a un estudiante sino un medio integrar a todos en el proceso de enseñanza aprendizaje. Este enfoque lo tipifican muy bien Coll y Onrubia (2002): 
Desde el punto de vista que estamos sosteniendo, en cambio, la evaluación pasa a concebirse como una secuencia articulada de actividad conjunta entre profesor y alumnos cuya responsabilidad, aunque asimétrica y diversamente repartida en momentos distintos, es siempre compartida: así, profesor y alumnos pueden planificar conjuntamente, mediante fórmulas diversas, las actividades de evaluación; realizar actividades preparatorias en el aula de manera previa a la evaluación propiamente dicha; compartir y elaborar conjuntamente criterios de corrección y calificación; y llevar a cabo actividades que permiten aprovechar de distintas maneras (identificando y analizando los errores cometidos, retomando los objetivos o contenidos principales de la secuencia previamente trabajada, desarrollando actividades complementarias, etc.) los resultados de la evaluación (p. 5).
La evaluación en primero y segundo ciclo de educación básica también tiene dos funciones: una función pedagógica y una función social. La primera indica al docente las cuatro acciones hacia las que se orienta la evaluación: la acción diagnóstica y de seguimiento (sirve para identificar las particularidades de los estudiantes, formas de aprender, intereses, etc.); la acción predictiva (permite pronosticar el desarrollo de los estudiantes y su manera de responder ante los aprendizajes); la acción  estimuladora o motivadora (debe orientar al estudiante a motivarse y a interesarse en su propio aprendizaje, viendo los resultados de los aprendizajes como una acción para aprender); la acción sumativa ( consiste en una acción que permite valorar los resultados para promover al estudiante y establecer acciones de refuerzo y recuperación). La función social constituye un factor mediante el cual la institución y los estudiantes se expresan ante la sociedad mediante: promoción, acreditación, certificación, incluyendo credenciales, reconocimientos e informes dirigidos a la sociedad (estudios, rendición de cuentas y otros) (Ministerio de Educación, p.13).
El Ministerio de Educación concibe tres tipos de evaluación que se deben utilizar en la educación básica y media: la evaluación diagnóstica, la evaluación formativa y la evaluación sumativa. La evaluación diagnóstica debe realizarse al inicio del proceso de enseñanza aprendizaje y servirá para tomar las decisiones pertinentes que guiarán el desarrollo del año lectivo. La evaluación formativa se orienta a recabar información sobre factores cualitativos y cuantitativos que el estudiante realiza. Así también para el docente constituye una fase para depurar las estrategias didácticas más apropiadas para la formación de los estudiantes. La evaluación sumativa permite cuantificar los logros que los estudiantes y establecer los medios para certificar y recuperar los procesos de enseñanza aprendizaje.
En la evaluación también se interpreta en razón del sujeto evaluador y bajo este enfoque se conciben tres tipos de evaluación: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación. En esta etapa la evaluación se complejiza debido a que la evaluación no sólo es responsabilidad del docente ya que deben integrarse los tres elementos anteriores. La autoevaluación es realizada por el estudiante, quien bajo algunos criterios establecidos asigna una calificación específica; la coevaluación es realizada cuando el grupo de estudiantes en su conjunto evalúan un proceso o los aprendizajes de un estudiante; la heteroevaluación es la que realiza el docente, donde identifica las fortalezas y deficiencias que el estudiante posee.
La evaluación en educación básica y media también incluye cuatro fases: la planificación (sistematizar previamente lo que se va a evaluar, cuando se evaluará, etc.); la recolección de la información (se definen los instrumentos que se utilizarán para concretar la evaluación); análisis de la información (Deben interpretarse los resultados obtenidos bajo un nivel crítico y objetivo); toma de decisiones (se establece lo que se necesita hacer para orientar el proceso de enseñanza aprendizaje).
Todo lo expuesto anteriormente permite entender que la evaluación que el MINED impulsa en la educación básica y media es una evaluación basada en el aprendizaje por competencias, es decir, una evaluación  que valora los tres componentes esenciales de este enfoque: los saberes conceptuales, saberes procedimentales y saberes actitudinales. Los saberes conceptuales se orientan a conocer los conceptos que el estudiante domina y conoce. Los saberes procedimentales indagan la capacidad de los estudiantes para resolver problemas, elaborar o construir un producto. Los saberes actitudinales permiten evaluar el comportamiento de un individuo, tanto en la conducta como la actitud frente a las situaciones concretas de aprendizaje y de la vida. Analizando a profundidad lo anterior se entiende que la evaluación no se puede ejecutar utilizando un solo instrumento, como un examen por ejemplo.
Se agrega a ello que todos los procesos evaluativos son integradores y no sólo dependen del docente sino que están en estrecha relación con un organismo especial que se crea en cada institución denominado: Equipo de Evaluación. Este organismo está integrado por representantes de los docentes, el director, padres de familia y alumnos. Su función es: coordinar y facilitar el proceso de planificación de la evaluación del desarrollo integral o la evaluación de los aprendizajes en la institución educativa (Ministerio de Educación, p. 49). Este organismo debe aportar ideas sobre las estrategias, los instrumentos, etc., de la evaluación.
También la evaluación por competencias impulsada por el MINED implica tomar en cuenta los indicadores de logros que son parámetros establecidos mediante los cuales el estudiante desarrolla el aprendizaje. Los indicadores de logros vienen establecidos en los programas de estudio. Además de ello también se establecen criterios de evaluación que constituyen las pautas que indican que un objetivo se ha cumplido. Finalmente, en esta etapa también se realiza una ponderación de la evaluación.
La evaluación por competencias se realiza a través de tres grandes actividades: las actividades integradoras, las actividades cotidianas y las pruebas. Todo proceso evaluativo en Educación Básica debe presentar esas tres etapas:
1.      Las actividades integradoras. Constituyen procedimientos mediante los cuales el estudiante pone en juego su capacidad para resolver una problemática integrando los conocimientos de todas las asignaturas.
2.      Las actividades cotidianas. En esta etapa el docente evalúa trabajos escritos, revisa los cuadernos de los estudiantes.
3.      Las Pruebas. Constituyen exámenes que deben realizarse durante el proceso de enseñanza aprendizaje.
La distribución de los criterios y las ponderaciones establecidas por el MINED para cada una de las actividades evaluativas se detallan a continuación:


Actividad Integradora
Actividad Cotidiana
Pruebas
Total
35%
35%
30%
100%

Las disposiciones del Ministerio de Educación establecen actividades complementarias al normal desarrollo del proceso evaluativo para que el estudiante mejore sus calificaciones. Estas actividades se denominan refuerzo educativo. El refuerzo se aplica a los estudiantes que no alcanzan los niveles mínimos para aprobar una asignatura. Esta estrategia se parte de identificar los errores más comunes en la didáctica que hacen posible que el estudiante obtenga bajos niveles de rendimiento escolar. En la concepción del MINED hay 5 errores didácticos que dificultan el aprendizaje:
a)Errores debido a dificultades del lenguaje, b) errores debido a dificultades para obtener información clave, c) Errores debido a un aprendizaje deficiente de hechos, destrezas y concepciones previas, d) Errores debido a asociaciones incorrectas o a rigidez de pensamiento y e) Errores debido a la aplicación de principios o estrategias irrelevantes (Ministerio de Educación, p. 32).
El refuerzo escolar debe realizarse durante el proceso de enseñanza aprendizaje, cuando finaliza cada unidad o trimestre.
Adicional al refuerzo educativo, también se puede recurrir a otra alternativa pedagógica que el Manual de Evaluación denomina como Recuperación. Esta acción académica posibilita a los estudiantes con calificaciones inferiores a 5.0 en el trimestre o módulo evaluado mejorar las notas. El período de recuperación puede ser ordinario o extraordinario. La recuperación ordinaria va asociada a los resultados por trimestre y consiste en la asignación de actividades complementarias que el estudiante debe realizar en un tiempo específico. La recuperación extraordinaria se realiza finalizado el año escolar con aquellos estudiantes que aún finalizado el proceso no han obtenido las notas mínimas para aprobar la asignatura.
Finalmente, el proceso evaluativo concluye con la promoción de los estudiantes al grado inmediato superior o la reprobación. La promoción escolar tiene criterios distintos de acuerdo a los niveles educativos.
Como lineamientos generales se establecen algunos criterios para la aprobación y reprobación de estudiantes (Ministerio de Educación, p. 57):
1.       Para la promoción en los tres niveles de educación básica el estudiante debe asistir el 85% de los días lectivos a clases, es decir 160 días.
2.       Si agotando todos los mecanismos correspondientes a la evaluación, el alumno reprueba grado, la institución debe garantizar la matrícula de éste para el siguiente año.
3.       Ningún estudiante puede reprobar por segundo año el mismo grado.
4.       La promoción para primero y segundo ciclo tiene particularidades que deben respetarse de acuerdo al ciclo.
Para Primer Ciclo la promoción es orientada y con una calificación mínima de 5.0. Las disposiciones por las cuales puede reprobarse un alumno en este nivel son las siguientes:
a)      Cuando el estudiante luego de recibir el refuerzo y el proceso de recuperación educativa obtenga calificaciones menores a 5.0 en dos de las materias básicas (Lenguaje, Matemática, Ciencia, Salud y Medio Ambiente y Estudios Sociales). Este criterio no se aplica para materias como Educación Física y Educación Artística.
b)      Cuando los docentes y el equipo evaluador hayan agotado todos los recursos pedagógicos disponibles.
Realizados estos procesos el docente, el director y el equipo de evaluación deben justificar por escrito la decisión de reprobar un alumno.
La promoción para segundo ciclo tiene algunas particularidades que deben considerarse:
1.      Los estudiantes deben aprobar todas las asignaturas con una nota mínima de 5.0.
2.      Si el alumno reprueba una asignatura tendrá derecho a un refuerzo académico y al proceso de recuperación.
3.      Finalizado este proceso si aún no alcanza la nota mínima de 5.0 deberá someterse a un proceso de recuperación extraordinaria por 5 días como mínimo en el horario regular.
4.      Si luego de la recuperación extraordinaria el alumno aún no aprueba una asignatura tendrá derecho a una actividad final más para alcanzar el promedio.
5.      Si el estudiante luego de este proceso reprueba una asignatura reprobará el grado.
Bajo todas estas disposiciones, las posibilidades de reprobación de los estudiantes son mínimas. Esto puede mejorar la cobertura pero limitar la calidad.


BIBLIOGRAFÍA
·         Coll, C. y Onrubia, J. (2002). Evaluar en una escuela para todos. Cuadernos de Pedagogía 318, 50-54.
·         Ministerio de Educación (MINED)(2015). Evaluación al Servicio del Aprendizaje y del Desarrollo. San Salvador.
·         Fiske, Edward B.(Autor Principal)(2000). Foro Mundial Sobre la Educación Dakar Senegal del 26 al 28 de abril de 2000. Informe Final, Francia.

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